El cáncer de colon o cáncer colorrectal es un tumor maligno que se desarrolla en el intestino grueso, que está compuesto por colon y recto. Es el segundo tumor en incidencia en nuestro país, tanto en mujeres como en varones.
La mayoría de los cánceres colorrectales se presenta en personas mayores de 50 años y sin antecedentes personales ni familiares. Pero puede aparecer también en personas más jóvenes: debido a varios factores, a nivel mundial y también local está bajando la edad promedio al diagnóstico.
Sin embargo, se trata de una enfermedad que se puede prevenir, se puede detectar precozmente y se puede curar.
Prevención y detección precoz
La prevención primaria tiene como objetivo evitar la aparición del cáncer colorrectal. Para ello, es importante sostener algunos hábitos saludables, entre ellos:
- Evitar el consumo de tabaco y reducir el consumo de alcohol.
- Evitar los alimentos ultraprocesados y azúcares refinados.
- Llevar una dieta rica en fibra, fruta, verdura, leche y legumbres.
- Realizar actividad física en forma regular.
- Exponerse en forma segura al sol en períodos breves de tiempo, para estimular la vitamina D (consultar con un profesional antes de tomar suplementos).
Previo a la aparición de un tumor colorrectal, suelen desarrollarse pólipos, que son pequeñas aglomeraciones de células en el tejido del intestino. Si bien la mayoría son inofensivos, algunos pueden evolucionar y transformarse en malignos. Esto abre una oportunidad a la detección precoz. La prevención secundaria o cribado (también llamado screening, en inglés) tiene como objetivo hallar el cáncer o los pólipos en una fase temprana, antes de que aparezcan síntomas. Para ello, contamos con pruebas como el test de sangre oculta en materia fecal (TSOMF) y la colonoscopía. Las indicaciones de estos estudios son las siguientes:
Población de riesgo medio: son aquellas personas que tienen entre 50 y 75 años de edad, que no tienen síntomas ni tienen otros factores de riesgo para este cáncer. En nuestro país, se recomienda realizar el TSOMF anual o cada 2 años, y si el es positivo, hacer una videocolonoscopía.
Población con antecedentes familiares de este cáncer: En estos casos, la prueba de cribado apropiada es directamente la colonoscopía, y la edad de inicio y el intervalo entre pruebas depende del número de familiares afectados, la edad al diagnóstico y el grado de parentesco. Siempre es importante una consulta para evaluar este riesgo, pero en general se recomienda comenzar entre los 40-45 años.
Síntomas que deben llevar a la consulta
Es fundamental realizar los controles aunque no se presenten síntomas. No obstante, ante cualquiera de estos signos, se debe consultar sin demora:
- Sangrado
- Cambios en la forma habitual de evacuar el intestino
- Dolores abdominales o rectales frecuentes
- Anemia o pérdida de peso
En las personas que presentan colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn (sin importar la edad), o que ya tuvieron pólipos adenomatosos, es clave consultar y generar un plan de seguimiento con el/la especialista.
Tratamientos y pronóstico
El tipo de tratamiento se establece en función de los siguientes factores:
- Características del paciente. Edad, otras enfermedades que dificulten algún tratamiento y estado funcional.
- Localización del tumor. Colon derecho, colon izquierdo o recto.
- Tipo de tumor.
- Estadío en el que se encuentra la enfermedad.
Existen varios tipos de abordajes terapéuticos en el cáncer colorrectal que pueden realizarse de forma individual o combinados:
- Tratamiento quirúrgico
- Quimioterapia y radioterapia (llamados tratamientos sistémicos)
- Nuevas terapias (biológicos, inmunoterapia)
Cuando el cáncer colorrectal se detecta a tiempo, las posibilidades de curación pueden ser superiores al 90%.